Por Lily Flor
Editado por Alejandra Maraveles.
Era una tarde
de otoño, Candy salía de su nuevo trabajo con el doctor Martín.
A la salida un
hombre al que nunca había visto se le acerca.
_ Escúcheme, es
usted la señorita White?_ pregunta el desconocido.
_ Sí_ contesta
titubeante Candy.
_Estoy aquí
para decirle que un hombre quiere verla en secreto_
_ ¿A mí?_
_Correcto, su
nombre es Terrius_
Candy se queda
pensativa. Esta muy sorprendida de que Terry haya llegado hasta Chicago y
para verla en secreto, y al oír su nombre sin dudarlo dos veces, Candy se
sube en el auto con el hombre extraño y va rumbo al reencuentro con su viejo
amor. Terry… Que querrá decirle Terry. Candy no lo sabe, pero ella tiene
tantos sentimientos confundidos… y no sabe que pensar.
Al llegar a la
villa. Candy baja corriendo, llevando solo un nombre en la mente...
¡Terry! ¡Terry!
Candy esta muy emocionada de saber que esta a punto de ver a su querido
Terry.
El viento
soplaba despiadado afuera bajo una luna llena.
Candy entra en
la habitación, y lo llama con todas sus fuerzas.
Se queda así un
momento esperando, cuando escucha unos pasos,
Candy voltea
con una gran sonrisa en el rostro.
Pero al voltear
a ver, solo ve a alguien entre las penumbras...
Trata de
distinguir a la figura a medias, pero entonces comienza a escuchar una
melodía proveniente de las sombras… si, es sin duda alguien tarareando esa
melodía que a ella tanto le gusta… Y en ese momento se da cuenta de quien
realmente se trata.
Se escucha una
risa maliciosa… muy conocida para Candy.
_ ¡Neil!
Grita Candy
_ Lo siento
Candy, no soy para nada ese pésimo actor llamado Terry_ le dice con
frialdad.
Candy se siente
engañada… no puede creer que haya caído en una trampa, tan solo escucho el
nombre de Terry y perdió los sentidos.
_ Escucha, tu
luces muy femenina hoy, nunca te he visto comportarte de esta manera antes_
_Neil, eres
verdaderamente una lagartija, eres realmente malo, ¡déjame salir!
El corre hacia
la puerta y físicamente le impide el paso.
_ ¡No! no
puedes dejarme solo aquí, jajaja_ le dice Neil, mientras deja escapar una
risa siniestra.
_ ¡Déjame
salir, Neil o gritare!_
_ No seas tonta
Candy, he arreglado tener una charla contigo a solas aquí. Esto es porque tú
huías de mí, preocupándote por lo que la gente pensaría de nosotros.
¿Tú dijiste que
me odiabas el otro día, no es cierto Candy?
_ ¡Si lo hice!_
le contesta Candy desafiante.
_ ¡Retráctate!_
Al oír estas
palabras salir de Neil, Candy se asusta un poco. Nunca antes lo había visto
actuar así.
_ Toda mujer es
feliz de saber que me gusta, una mujer llamada Daisy, esta ahora mismo loca
por mi, y es de una buena familia_ Neil camina de un lado a otro, sus pasos
resuenan con eco al caminar por la vacía habitación.
_Si, de una
mejor familia que la tuya, y estoy diciendo que te amo_
Ante tal
revelación, Candy se queda atónita. Neil, el chico que siempre mostró a
Candy el lado oscuro de si mismo, ahora le decía que la ama…
_Y estoy seguro
que tu sientes lo mismo por mi, ¿porque no lo dices Candy? Se que eres muy
tímida, pero estamos solos aquí Candy, vamos dilo.
Candy se queda
muy confundida por esa expresión, pero ya no puede soportar más la frialdad
de Neil
Y entonces le
grita:
_ Esta bien, te
lo voy a decir_
_Bien dilo_
_ Yo te Odio
Neil, no soy vergonzosa ni tímida, ¿como es que pensaste que te amaba? ¿Te
crees mucho no Neil? ¡Yo te odio Neil! ¡Te odio!
_ ¿que me odias
dices?_ Neil esta sorprendido, en verdad esperaba que la chica que tenia
frente a el lo amara a pesar de las maldades que le había hecho en el
pasado.
_ Si te odio
Neil, has sido muy malo todo el tiempo con migo, ¿como pretendes que te crea
que me amas? ahora sal de mi camino Neil, déjame ir a casa.
Candy, retira a
Neil de su camino con fuerza, pero este la sostiene fuertemente cuando la
chica pasa a su lado.
_ no soporto
mas esto Candy, NOooo NOoo_
Parece ser que
la maldad se a apoderado de el y desesperado retiene a la chica fuertemente,
y trata de besarla a la fuerza, Candy no logra desprenderse del chico muy
fácilmente, forcejean un rato, hasta llegar a los ventanales de la villa,
Candy en su intento por liberarse del chico, le da un empujón con todas sus
fuerzas.
_Suéltame Neil_
le grita.
Entonces se da
cuenta que el chico se ha caído justo al borde de la terraza. El trata de
sostenerse con las ramas que están al costado, pero estas son muy débiles y
no pueden sostener su peso. Candy corre y trata de darle la mano y ayudarlo
a pesar de todo, pero ha llegado muy tarde. Neil cae al vació. Su cuerpo cae
inmóvil en unas rocas.
_Neil! ¡Neil!!_
Grita Candy desesperada.
En ese momento
de histeria, Candy sale corriendo de la villa desenfrenadamente.
No lo puede
creer, ¿como puede ser que esto le haya sucedido?
Siempre había
odiado a Neil, pero jamás hubiera deseado que algo malo le ocurriera.
Cuando llega
hacia abajo, Candy no puede ver bien, no puede distinguir en donde fue que
Neil se cayó.
_ ¡Neil!
¡Neil!_ vuelve a gritar muy angustiada.
De pronto se
escuchan unos pasos. Candy se asusta, pero cree que se trata del hombre que
la llevo hasta allí. Cuando el hombre se viene acercando, se da cuenta que
se trata de Albert.
Al verlo Candy,
corre a sus brazos… _ ¡Albert! ¡Eres tú! Ayúdame Albert, ¡fue un accidente!
No fue mi culpa, ¡Neil cayó en esas rocas!
Candy habla sin
hacer mucho sentido, su llanto de mezcla en fuertes alaridos de miedo y
confusión.
_ ¿Que paso
Candy? ¿Como es que estabas aquí, y precisamente con Neil?
_ Pues, el muy
cínico me mando a llamar, me mando a decir que era Terry, que Terry quería
verme en secreto, y yo… ohh Albert, fui tan tonta, yo al escuchar el nombre
de Terry corrí a su lado, no se que pensé, no lo se Albert, pero cuando
llegué no era Terry si no Neil! Y él… ¡me dijo tantas cosas tan absurdas! Me
dijo que me amaba, pero yo, yo no siento nada por el, y él me quiso besar a
la fuerza, forcejamos, yo no quise hacerlo, pero yo…
Candy llora sin
cesar, y no puede lograr hablar.
_Cálmate Candy,
por favor, tu actitud solo empeora las cosas, ¿en donde esta Neil?_
_ Neil… Neil se
cayó de la terraza, yo lo empujé, ¡fui yo Albert! ¡Yo lo maté! ¡Yo mate a
Neil!_ Candy llora ahora amargamente, sin dejar de buscar con la mirada el
paradero de su verdugo.
_ No digas eso
Candy, cálmate, necesitamos ayuda, llamaremos a la policía, ellos nos
ayudaran. Tú no te preocupes, no fue tu culpa, pero antes te llevare a casa.
Los dos suben
al auto, pero Candy continua llorando en todo el camino, asi que Albert decide pasar a
notificar a las autoridades antes de llevarla.
_Quedate aqui
Candy, volvere pronto_ le dice
Candy se queda
aunque muy
nerviosa esperando.
La policía
actúa de inmediato. Candy escucha las sirenas, que resuenan en su cabeza
como un mal presentimiento.
Pronto llega un
oficial a pedirle a Candy que lo acompañe. Albert se encuentra a su lado.
_ No te
preocupes Candy, es solo rutina, te harán unas preguntas, pero tú no debes
temer.
Candy entra
temerosa en la estación con el oficial, que por cierto ss un joven muy apuesto,
aunque Candy se encuentra muy
nerviosa para notarlo.
_ Y dice usted
que ¿fue un accidente? le pregunta mientras la mira insolentemente.
_ Si señor, él
trató de besarme a la fuerza, me llevó a ese lugar con engaños
_ ¿Y usted lo
empujó? _ le pregunta fuertemente acusándola.
_ ¡Yo solo
quería que me soltara! él me tomó a la fuerza señor, yo no quise hacerle
daño, yo si lo empuje, pero el resbaló y se cayó, y yo creo que…
_ No se
preocupe, los paramédicos ya están en el sitio que usted nos indicó.
Mientras tanto, lamento informarle que usted deberá quedarse bajo custodia.
_ ¿Que?
_ Si señorita,
si el joven aun esta vivo, el tiene que corroborar lo que usted nos ha
dicho, que fue un accidente, y si bueno, si falleció, usted estará bajo
investigación. Lo siento.
_ Pero… ¡Fue
accidente! ¡Se lo juro! ¡Créame! ¡No quiero que me encierren por favor!
¡Albert Albert! ¡Quiero ver a Albert! ¡Déjeme ver a Albert!
_ Señorita
cálmese, por favor_
Pero Candy no
podía calmarse, sentía tanto miedo y angustia. No podía controlarse. El
oficial Crane trato de calmarla, pero esta era un manojo de nervios. Candy
no soporto la presión más, y cayo desplomada a los pies del oficial.
Cuando Candy se
despertó, se encontraba en una cama, lo que parecía ser el hospital Santa
Juana.
_ ¿Te
encuentras bien Candy?_ le pregunta una voz femenina, muy conocida.
_ ¡Así que mataste a mi hermano! ¿Como pudiste Candy?_
La mira con ojos llenos de ira.
_ ¡Elisa! ¿Que dices?
¡Yo no lo mate! ¡Fue un accidente!_
_ ¡Tú lo
mataste Candy! Estarás contenta, no lo han podido encontrar…
Candy estaba
ahora tan confundida, estaba segura que había caído en las rocas, ella lo
vio, no pudo haberse movido.
_ Que hace aquí
dentro señorita Legan, salga por favor_ le dice muy duramente la enfermera.
_ ¡Ella es la
asesina de mi hermano! ¡Asesina! ¡Candy eres una Asesina!_
_ No, Elisa,
yo, ¡yo no lo maté! ¡Fue un accidente... fue un accidente!
La enfermera,
saca a Elisa a la fuerza. Pero Candy aun puede escuchar sus gritos.
Candy no puede
detener su llanto. Todo parece ser una pesadilla para ella. La enfermara
entra a la habitación de nuevo y le ofrece un calmante.
_ Te juro que
yo no lo hice, en serio que no.
_ no me des
explicaciones a mi Candy, tómate esto, te sentirás mejor.
Candy se toma
el calmante. Y cae en un profundo sueño.
Candy se queda
placidamente dormida por algunas horas, y al despertar, ya es de madrugada,
aunque aun esta bastante oscuro afuera. Por un momento Candy no sabe bien
donde se encuentra, pero pronto su cabeza empieza a darle vueltas, y lo
vuelve a recordar todo de momento.
_ ¿Como pudo
pasar esto? _ se pregunta en voz alta.
El lugar esta
desierto, y no se escucha ningún ruido afuera. Pero de momento, Candy cree
escuchar el sonido de esa melodía que antes le oyó tararear a Neil, cuando
aun pensaba que era Terry.
_ ¿Neil? Esa
melodía, la entono Neil cuando descubrí que se trataba de, el… pero ¿de
donde viene? _ se pregunta Candy.
Así que se
levanta y trata de buscar de donde proviene la melodía. Aunque en verdad lo
que sentía en ese momento era temor. Si, mucho temor de lo que descubriría.
Sus manos temblaban, y podía escuchar el palpitar de su corazón. Se percata
entonces de que la entonada proviene de afuera, así que Candy camina hasta
la ventana, aun se siente un poco adormitada a causa del calmante, y muy
despacio, levanta la gruesa cortina y mira hacia fuera. Es difícil ver algo,
ya que esa madrugada, a empezado con una neblina bastante espesa. De nuevo
escucha la melodía, pero esta vez ya no proviene de afuera, si no que de
adentro de su habitación. La luz se apaga en ese momento, y Candy siente que
esta a punto de llorar… Candy camina despacio entre la oscuridad hacia la
puerta, pero en el camino, algo la detiene. La respiración fuerte de alguien
se deja escuchar, Candy que ya estaba cerca de la puerta, alcanza aun a
encender la luz con su otra mano, y en ese momento, se da cuenta ¡que es
Neil! Neil con el rostro ensangrentado que la mira. Que le sonríe
maliciosamente, Candy hace un intento por escapar, pero Neil, no la deja y
fuertemente, pone sus manos en su boca.
_ ¿Creíste que
te seria fácil deshacerte de mi no Candy? Jajaja, aquí sigo, y vine por ti,
te dije que te amo, y no pienso dejarte._
Candy no puede
creerlo, una horrible desesperación la embarga, y siente que no puede
respirar a causa de las manos de Neil tapando su boca. Trata en vano de
forcejear, pero Neil la sostiene cada vez más fuerte. Candy esta a punto de
perder el conocimiento, pero en un ultimo intento desesperado, abre su boca,
y muerde con todas sus fuerzas la mano de Neil. Neil, la suelta rápidamente,
y Candy logra abrir la puerta y correr al pasillo del hospital.
_ ¡Auxilio!
¡Alguien ayúdeme por favor!_ Grita a todo pulmón.
Candy esta
corriendo tan fuerte como sus piernas se lo permiten, pero no logra
encontrar a nadie. Solo sigue corriendo y corriendo, mientras escucha los
pasos de Neil tras ella a punto de alcanzarla.
Candy, esta a
unos pasos de salir afuera del hospital, y en un intento desesperado por ir
más a prisa, pierde el control de sus pies, y cae retumbando en el suelo.
Neil la tiene
en su poder, Candy esta atrapada, y sin nadie que la pueda ayudar.
De nuevo, Neil
empieza a tararear la melodía, que ahora le parece a Candy una pesadilla.
Esta a punto de
tocarle la cara cuando Candy reacciona y pega un gran grito, tan fuerte como
sus pulmones se lo permiten…
_ ¡Ayúdenme!
¡Ayúdenme! ¡Neil no! ¡¡Nooo!!
_ ¡Candy,
Candy! ¡Despierta! Despierta Candy, es solo un sueño, despierta. _ Le dice
Albert quien ahora se encuentra a su lado.
Candy se
despierta, y se da cuenta que solo ha tenido una horrible pesadilla. Aun
esta en la habitación del hospital, en el cuarto especial. Albert esta a su
lado, consolándola.
_ ¡Oh Albert!
¡Fue horrible! Era Neil, y tenia el rostro desfigurado, ¡quería matarme!
Albert… Albert… ohhh… _ Candy llora amargamente en los brazos de Albert.
El trata de
consolarla, y dulcemente acaricia sus cabellos que aun están húmedos a causa
del sudor.
_ Candy, todo
estará bien, no te preocupes, saldrás de aquí, iremos juntos a casa_
_ ¿me puedo ir?
_ Si Candy,
bueno, no puedes salir de la ciudad hasta que todo se esclarezca pero puedes
volver a casa_
Al oír estas
palabras, Candy se siente mas aliviada. Siente como si un gran peso se le
hubiera quitado de encima.
_ En casa me
sentiré mas tranquila, Albert, ¿cuando nos podemos ir?_
_Ahora mismo si
así lo deseas_
_ Si Albert,
quiero irme de aquí_
_ bueno, te
dejo para que te cambies, te espero afuera_
_ Si _ le dice
Candy ahora mas tranquila.
Candy se queda
a solas de nuevo en la habitación, su ropa aun esta en la silla en donde la
dejo la enfermera. De inmediato prosigue a quitarse la bata del hospital, y
ponerse su vestido, en ese momento le parece oír un ruido afuera de la
ventana. Candy se siente de nuevo muy nerviosa, y rápidamente coloca su
vestido. Se acerca a la ventana, y mira hacia abajo. Pero no ve nada.
_ ¿Lista Candy?
_ pregunta Albert desde afuera.
_ ¡Si Albert!
Vamonos_ Candy abre la puerta, y juntos salen del hospital.
_ ¿Porque
estaba en el cuarto especial Albert? _
_ Porque eres
una Andley después de todo Candy, tu familia ordeno que te pusiera allí_
_ Mi familia,
quieres decir que la tía abuela…_
Albert que ya
había recuperado su memoria, pero aun no se lo había dicho a Candy, guarda
silencio y trata de inventar una excusa.
_ Si, la tía
abuela ordeno que estuvieras cómoda, ya sabes, me imagino que no quiere
ningún escándalo.
_ Que raro,
seguro debe de odiarme mas que nunca ahora, y Neil, ¿es cierto que no lo
encontraron?_
_ Sube al
carro, Candy_ Albert le abre la puerta de su nuevo coche a Candy, había
planeado poder llevarla de paseo, pero debido a todo lo acontecido no había
podido.
_ No Candy, no
encontraron a Neil, desafortunadamente piensan que la corriente del agua se
lo pudo haber llevado_
_ OH Albert,
¿me meterán a la cárcel? ¡No quiero ir a la cárcel Albert! No quiero.
_ Cálmate
Candy, aun no han terminado la investigación, estoy seguro que tu familia te
pondrá un buen abogado, no te preocupes.
_ Albert, estas
equivocado si piensas que los Leegan trataran de ayudarme, aunque la tía
abuela no quiera un escándalo, ellos no dudaran en meterme en la cárcel.
_ Candy,
¿porque no le escribes al tío abuelo? El después de todo fue quien te
adopto, escríbele y talvez el te pueda ayudar. _
_ Si, lo haré,
tienes razón Albert, el tío abuelo podrá ayudarme_
Albert se queda
perdido en sus pensamientos por un momento. Al fin llegan y Albert se baja
rápidamente para ayudar a Candy.
Candy, no sabe
porque pero a pesar de estar ya en su casa, no deja de sentirse inquieta,
como si algo o alguien la estuviera observando.
_ ¿Que fue eso?
_
_ ¿Que cosa
Candy?
_ Un ruido,
algo se movió allí_ Candy señala hacia los árboles de alrededor de la casa.
_ Seguramente
fue el viento Candy, entra, no te preocupes, estas muy nerviosa, te
preparare un té y pronto te sentirás mucho mejor.
Albert y Candy
entran en su pequeña morada, la ventana estaba abierta y un viento helado se
apoderaba de la casa crecientemente.
El sol de la
mañana había desvanecido la neblina, y la luz entraba por las ventanas.
Candy entra en su habitación, y allí, por fin logra sentir un poco de paz.
Hubo un
silencio muy pesado, durante el cual se miro fijamente en el espejo. Los
hechos de la noche anterior no dejaban de revolotear en su cabeza. Se sentía
muy nerviosa y preocupada. Pero al menos sabía que tenía a Albert cerca, y
tan solo con eso ya tenia suficiente para sentirse mejor.
Tres días más
tarde, aun no se sabía ninguna noticia acerca del paradero de Neil. La
policía mantenía informados a la familia, pero también permanecían vigilando
de lejos a Candy.
Candy por su
parte se seguía sintiendo demasiado nerviosa. Por las noches se le hacia muy
difícil dormir, y había dejado de ir a trabajar con el Doctor Martín a causa
de las habladurías de las gentes a su paso.
Candy trata de
entretenerse un rato leyendo el periódico, pero ni allí incluso se puede
escapar de la fatal verdad de su existir. En la segunda hoja del Chicago
Suntimes, se habla de la desaparición de Neil.
“Se presume que
es el cuerpo de Neal Leegan quien no había aparecido todavía” decía parte
del anuncio.
Entonces Candy
pasa de página y se detiene en la sección de obituarios y para su sorpresa,
¡allí se encontraba el obituario de Neil! Candy siente un leve desmayo, sus
ojos se nublan por un momento, pero enseguida se repone.
- ¿Como es
posible? Pero si no están seguros todavía de que sea ¡el! dice Candy en voz
Alta.
Albert que esta
entrando en ese momento, la escucha. Y se detiene frente a ella.
_ Candy, ¿como
te sientes hoy? Pregunta Albert preocupado.
Candy lo mira
sin decir nada, solo sigue como muda leyendo la hoja del periódico.
_ Candy, las
autoridades encontraron un cadáver pero debido a que estaba muy descompuesto
para ser identificado, aun no han dicho nada oficialmente, así que continua
como "persona desaparecida" para las autoridades..._ para esto Albert ha
movido sus influencias para que no se lleven a Candy a la cárcel... aunque
esto no lo sabe ella
_ Pero me he
enterado que la familia Andley no quiere esperar mas para darle sepultura a
Neil y han reclamado el cuerpo._ Albert se sienta al lado de Candy, y la
mira preocupado.
_ Candy, has
estado muy nerviosa últimamente, no me gusta verte así... todo fue un
accidente, y es posible que él no haya muerto ¿entiendes?_
_Claro que esta
muerto... un cuerpo apareció debe de ser él... no encuentro explicación del
porque la policía no me ha detenido…
_Si no te han
detenido, es porque el cuerpo estaba en muy mal estado y no se podía saber
quien era, ya te lo dije Candy. Las pruebas que tienen no son contundentes
así que hasta que no haya algo más, tendremos que seguir esperando_
Candy asiente
con la cabeza, pero sigue pensando que Neal ha muerto, aunque no se lo dice
a Albert.
Albert le
sonríe más tranquilo, y muy complacido guarda sus manos en las bolsas de su
abrigo.
_ Se de algo
que te pondrá alegre... lo vi en un escaparate y pensé en ti..._ Albert saca
un paquete envuelto en papel marrón.
Candy lo mira
sorprendida pero acepta el regalo. Lo desenvuelve y es un pequeño joyero. _
¡Oh es muy lindo Albert! no tenias porque_
Candy mira la
cajita muy contenta, pero al momento de abrirla, comienza a sonar una
melodía, al principio a Candy le parece conocida, pero después la identifica
de inmediato, es la tonada que Neal tarareaba. La cara de Candy se pone
pálida y un frío glacial se apodera progresivamente de su cuerpo. Albert se
queda extrañado al verla pero no dice nada.
Con manos
nerviosas Candy cierra la caja y la aleja de ella como si fuera el objeto
más peligroso que ha visto en su vida.
_ ¿Qué ocurre?
pregunta Albert al ver la reacción de Candy.
_ Esa tonada_
musita Candy
_Si, yo me
sorprendí, últimamente la cantabas mucho, así que no dude en comprarla, me
imagine que te ayudaría a sonreír, lo necesitas_
Candy se pone
muy nerviosa, pero decide no comentarle a Albert acerca del miedo que ahora
le produce oír esa melodía.
_ ¿Qué pasa no
te gusto?_ le pregunta Albert bastante consternado.
_ No, Albert no
es eso es que yo… _ Candy no sabe que decir, así que solo se limita a
sonreír débilmente, entonces Albert comienza a Cantar "Red Rose Rag" y Candy
comienza a gritar.
_ ¡No, no
cantes! Por favor Albert te lo suplico, no me siento muy bien_
Albert guarda
silencio pero la mira escrutadoramente.
_ Esta bien
Candy, quizás debas ir a la cama_ le dice un poco desanimado porque piensa
que su regalo no le gusto a Candy.
Candy se va a
la cama para no contradecir a Albert y deja la caja sobre la mesa de la
sala...
A pesar de no
tener sueño, Candy comienza a cerrar los ojos y no se ha dado cuenta de que
Albert salió del apartamento...
Cuando esta
media despierta comienza a oír la melodía de la caja... y entonces se
incorpora con mucho miedo, primero piensa que se esta imaginando la tonada,
pero no es así… la tonada viene de la sala, así que se levanta y va a la
sala allí ve la caja de música abierta, siente un escalofrío cuando escucha
la melodía que proviene de ella, así que cuidadosamente voltea a ver
alrededor del pequeño apartamento pero no ve a nadie...
_ ¿Albert? dice
tratando de buscar con la mirada en donde esta... pero nadie contesta...
_ Albert ¿dónde
estas?_ vuelve a preguntar y se da cuenta de que esta sola.
Entonces un
estremecimiento le recorre el cuerpo "No esta Albert" dice para si al tiempo
que esta petrificada, no se atreve a acercarse a la cajita, pero sabe que
tiene que pararla antes de que se vuelva loca oyendo esa tonada
Con cuidado se
acerca a la caja, su respiración comienza a dificultarse, sus piernas no le
responden como es debido...
_ Cálmate
Candy_ dice en voz alta como tratando de darse ánimos
Por fin logra
calmarse, cierra la caja y se la lleva a su cuarto y la mete dentro de un
cajón para no tener que verla.
"Me estoy
sugestionando" piensa Candy,
"Albert debió
abrirla y salió a comprar algo"... así que sale a la sala a esperarlo pero
Albert no regresa hasta que es muy noche, y se encuentra a Candy despierta y
con cara de angustia
_ Candy, ¿pero
que haces despierta?_
_ Albert, me
dejaste sola toda la tarde_ le reprocha
_ Lo siento,
Candy, pero estoy arreglando algunas cosas, y tratando de investigar mas
sobre Neil.
_ Albert no me
gusta estar aquí tan sola, siento un vació enorme.
_ O Candy,
necesitas salir de aquí... Que te parece si mañana salimos a dar un paseo en
el coche, la policía dijo que no salieras de la ciudad, pero puedes salir de
la casa.
_ Si, Albert,
me parece bien, creo que es un buena idea, saldremos mañana.
_ Bien, ahora
procura descansar, y duerme que lo necesitas.
_ Si Albert,
buenas noches, y Albert...
_ Si Candy,
dime_
_ Gracias...
por todo_ Candy sonríe y se aleja de la sala en dirección a su recamara.
Han pasado
algunas horas desde que Candy cayó en el más profundo sueño, la verdad aun
tenía miedo de dormir, ya que temía volver a tener la misma pesadilla que
tubo en el hospital. Al cabo de unas horas se despierta súbitamente y voltea
a ver el reloj, son apenas las 12:30 solo unas horas más tarde, así que
decide levantarse y tomar un vaso de leche. Se sienta al lado de la ventana
que da hacia la parte trasera de el apartamento. De nuevo, escucha el crujir
de los árboles afuera, y el viento se empieza a colar a través de la
ventana. De pronto entre los arbustos, Candy ve a una figura moverse. Candy
se acerca mas a la ventana para tratar de ver mejor, en ese momento, siente
un escalofrió en toda su piel, la melodía de nuevo empieza a sonar, pero
esta vez desde afuera.
_ no no, es
solo mi imaginación_ murmura Candy para si
Pero desde
abajo, alguien la miraba. Candy voltea a ver instintivamente, y ve a Neil
parado nuevamente, esta vez con el rostro cubierto de una especia de
mascara, pero estaba segura que era el.
Un gran miedo
se apodera de ella y corre a su habitación, tiene deseos de despertar a
Albert, y decirle, pero no lo hace, sube violentamente a su cama, y se queda
debajo de las sabanas, hasta que el sonido de esa horrible melodía se va
desvaneciendo de su cabeza. Así poco a poco, se vuelve a quedar dormida.
Al siguiente
día, cuando ella al fin logra despertarse, todavía con sus ojos cerrados y
sin moverse en la cama, analiza minuciosamente por un rato todo lo que a
acontecido los últimos días. Pero sin más, se levanta muy animadamente,
porque puede oír que Albert ya se ha levantado.
_ ¡Buenos días!
Le dice Albert bastante contento mientras voltea unos huevos fritos de la
sartén.
_ Buenos días,
Albert, perdona, pero no podía dormir bien anoche, y por eso me levante
tarde.
_ No te
preocupes, Candy, siéntate, te serviré el desayuno.
Ella lo mira y
él dibuja su más irresistible sonrisa sobre su rostro.
_ ¿Has sabido
algo por el periódico hoy Albert?
_ Nada nuevo
Candy, aun siguen investigando, será mejor que no insistas en leerlo, solo
te pone nerviosa. Y ahora termina tu desayuno, que tenemos que salir.
Candy, se
siente mucho mejor esa mañana a pesar de lo que vio la noche anterior, ¿o
seria solo su imaginación? Albert a preparado unos suculentos huevos
revueltos con jamón, y un delicioso jugo de naranja.
Candy se siente
con muchas fuerzas y mucho mas animada. Y en verdad siente deseos de ir de
paseo con Albert. Sentía tanta pena que tuvieran que hacerlo en esas
circunstancias, pero al menos podría olvidarse por un rato de la pesadilla
que ahora se había convertido su vida.
Albert también
se encuentra muy contento, aunque no puede alejar de su mente la posibilidad
de que Neil haya muerto, y que esa otra persona que esta desaparecida no
resulte ser Neil. El no se lo quiso decir a Candy, pero esa mañana, el
periódico decía que había otro muchacho que había desaparecido hacia tres
días, y que sus familiares lo habían visto por ultima vez cerca del rió.
Ahora no había dudas que Neil podría seguir vivo, esto en verdad lo
preocupaba.
Después del
desayuno, tal como lo tenían previsto, Albert y Candy salen juntos en el
coche, al principio sin ningún lugar en mente. Pero después, Albert toma
dirección hacia el centro del pueblo.
_Candy, ¿porque
no vas de compras? Hay muchas cosas bonitas en esas tiendas.
_ O Albert,
gracias, pero no tengo dinero ni deseos de comprar nada ahora.
_ Lo se Candy,
pero al menos te distraerás un poco, ¿si?
_ ¿y tu que
harás?
_bueno, yo
quiero llevar el carro al mecánico, necesita una revisión sabes, Candy.
Pronto vuelvo por ti.
Albert tuvo que
mentir, no quería alarmar a Candy. Pero la verdad necesitaba ir a la
estación de policía para averiguar más sobre Neil.
_ Bueno,
Albert, te esperare por aquí, ¡no tardes!_ le contesta resignada.
_ No, Candy, y,
ah, no te alejes de aquí por favor. Nos vemos luego.
Albert se va
directamente a la policía. Candy se queda sola en la calle. De inmediato le
llega todo el sonido del furioso trajín de la calle y la vibración del aire
a media mañana.
Como siempre esa zona estaba
muy concurrida, Así que Candy no temía para nada de estar sola por allí.
Así que paseaba
placidamente por las pequeñas tiendas de curiosidades, a pesar de vivir allí
ya por algún tiempo, nunca antes había podido ir de compras, excepto el día
antes de irse a New York. Candy se detuvo un poco al recordar ese día, y lo
contentos que habían estado todos. Cuando de pronto desde adentro de una de
las tiendas, esa insistente
y aterradora
melodía comenzó a sonar.
Candy volvió a sentir su sangre correr rápidamente por todo su cuerpo y el
miedo se apodero inquietantemente de sus pensamientos...
Así que apresuro el paso sin voltear a ver.
En ese momento,
escucho que alguien llamaba su nombre.
_ Candy….Candy_
se escucha a lo lejos, es una voz femenina.
Candy se queda
como pasmada por un momento, no logra ver a nadie. Así que sigue caminando.
_ ¡Candy!
¡Candy! _ le grita la voz de nuevo.
Candy voltea a
ver, pero no mira nada, estaba segura que la voz provenía de atrás, pero no
ve a nadie ni siquiera caminando cerca de ella.
Así que
impulsivamente voltea su cuerpo entero con fuerza para seguir caminando,
cuando se choca con alguien.
_ ¡Candy! ¿No
te fijas por donde caminas?
Le pregunta
Eliza.
_ Eliza, ¡eras
tú! _
_ Si tonta, te
venia llamando desde hace rato, pero parece que traes la mente perdida hoy
¿no?.. Sígueme, el tío abuelo quiere verte.
_ ¿Quien?
Pregunta Candy incrédula.
_ ¿No me oíste?
El tío abuelo William. El quiere verte, y me ha pedido que te busque.
_ Pero… ¿como
sabias que estaba aquí?
_ Eso no
importa, tu sígueme Candy, ¿no querrás hacer esperar al tío abuelo no?
Candy la sigue
sin protestar, estaba muy sorprendida de que el abuelo William, del cual
hasta ahora nadie sabia nada, la quisiera ver. Pero dadas las
circunstancias, sabia que en ese caso, Eliza no podría mentir, seguramente
el tío abuelo, la quería confrontar por lo de Neil.
Eliza mientras
tanto, caminaba satisfecha de poder seguir ejerciendo su incesante
dominación, que era la forma de sustentar su orgullo imperioso.
Candy la seguía
como sonámbula, no le importaba mucho ya lo que pasaría. Solo quería que
esta pesadilla se terminara pronto.
Por fin se van
acercando a las orillas de un rió. Candy no reconoce el lugar, pero eso no
la pone en alerta, sigue con ceguedad a Eliza quien se detuvo por un momento
como buscando algo.
_ Quédate aquí,
Candy, voy por el abuelo.
_ Pero ¿porque
esta aquí el abuelo?
_ no preguntes
Candy, te digo que ya vengo, no te muevas de aquí o te arrepentirás.
Candy se queda
inmóvil. No puede hacer nada más que esperar a que Eliza regrese con el
abuelo. “seguramente no me quiso ver adentro de la mansión” se dice con
tristeza.
Candy aguardaba
en el mismo lugar pacientemente, pero empieza a ponerse muy nerviosa, si no
regresaba a tiempo Albert no la encontraría y se pondría angustiado, así que
Candy decide no esperar más. Y toma camino rumbo a donde había visto a Eliza
desaparecer hace un rato. Al irse acercando, Candy se percata que había una
villa abandonada entre las rocas, y mira hacia atrás por el largo sendero
bordeado de pequeños árboles uniformes. En ese instante pensó que seria
mejor volver atrás y esperar, pero entonces empieza a escuchar unas voces, y
su curiosidad puede mas que su prudencia, así que continua caminando hacia
donde venían las voces.
_ No, Neil, no
seas absurdo, tenemos que darle un buen escarmiento. Si te ve, ¡se dará
cuenta de todo! Y nuestros planes se arruinaran.
_ ¡Son tus
planes! yo tengo pensado algo diferente para esa Candy, le daré su merecido
por sostenerme a los ojos que me odia.
En ese momento,
Candy abre sus ojos agigantadamente, y girando violentamente se echa a
correr. ¡¡No lo puede creer!! Es Neil, y esta vivo… Su corazón palpita y
palpita hasta ensordecerla. Sin percatarse de que ya Neil viene muy cerca
de ella, y esta a punto de alcanzarla.
_ ¡Atrápala!
¡No dejes que se escape! Le grita Eliza histéricamente.
Pero Candy
vuelve a perder el control de sus pies, y cae rehusante entre las rocas,
doblándose un pie. El dolor inmediatamente le invade como miles de agujas
punceantes. Y aun así, lucha y trata de pararse, pero es tarde. Neil se ha
posado encima de ella, y con manos ásperas y sucias le toma la cara y la
mira con lujuria.
_ Por fin te
tengo Candy… ¿porque no te quedaste donde te dijeron? ¡Ahora voy a tener que
deshacerme de ti!_ Le grita.
Candy trata con
desesperación de librarse de las manos de Neil, quien ahora se ríe
descontroladamente. Mientras le aprieta con fuerza el cuello.
_ ¡Mátala Neil!
Asegúrate que no respire... Le grita Eliza de nuevo ordenando.
Candy apenas
logra ver lo que esta pasando. Siente que esta a punto de perder el sentido.
Sus pulmones
están cansados y el dolor y el hastió la tienen a punto del desmayo. Pero
aun no se da por vencida, y como puede, tira una patada bruscamente en sus
partes privadas.
Neil la suelta
rápidamente mientras se retuerce del dolor en el suelo. Candy aprovecha para
salir corriendo de nuevo, aunque esta vez no puede hacerlo tan aprisa.
Intenta gritar, pero la voz se le ha escapado del pecho.
Neil se
recupera tan pronto como puede, y prosigue su persecución. Candy sigue
corriendo a la orilla del rió, parece que ha ingresado a un mundo confuso y
tumultuoso, a un realidad de espacios multiformes y exacerbados colores,
como el producto de un éxtasis diabólico. Las frías aguas del rió parecen
llamarla, y Candy acude a su llamado. Prefiere mil veces entregarse a la
fuerza del rió que a las manos de Neil, el cual ahora se aproximaba cada vez
mas. Y en un instante de locura, Candy se arroja al río cuya corriente iba
cada vez mas fuerte, revolcándola entre sus profundas aguas, y llevándola
cada vez mas lejos.
Candy siente
que su cuerpo no resistirá por más tiempo. Aunque intenta mantenerse a
flote, es inútil. Pronto va sintiendo como el agua va entrando en sus
pulmones, miles de recuerdos le invaden su mente en ese momento. Recuerda
con una nitidez escalofriante los últimos hechos de su vida. Hasta llegar de
vuelta a su querido hogar de Pony, también puede ver allí a su príncipe de
la colina, tocando como nunca antes la gaita, y ve a Anthony, rodeado de un
halo que lo envuelve todo en una bruma brillante. Su vida le pasa por
delante como un sueño, y no puede resistirse más. Su cuerpo frió y débil se
entrega por completo a las aguas que impacientemente la reclaman.
Un silencio
mortífero rodeaba el ambiente, la luz del día se había ido por completo
dejando todo verse más sombrío de lo que parecía. Albert se encontraba solo
a la espera de los doctores. Candy había sido ingresada al hospital después
que el la rescatara en el rió. Se culpaba una y otra vez por lo acontecido.
“Debí haberme
quedado con ella, ¿como pude dejarla sola?” se reprochaba una y mil veces en
su mente.
Al otro lado de
la sala de espera, sentado en el mismo silencio se encontraba Archie. Un
suspiro de profunda tristeza se dejaba escapar de su garganta.
Los dos jóvenes
se miraban sin decir nada. Cada uno sostenía sus propios recuerdos de
aquella chica de ojos de esmeralda y cabello rubio. Era tan difícil de creer
que ya nunca más volverían a disfrutar de su risa que parecía envolver como
eco sus cabezas.
En ese momento,
sus recuerdos son interrumpidos por el doctor, quien viene acercándose a
paso lento y visiblemente afectado.
_ ¿Que paso
doctor? _ Le pregunta Albert parándose abruptamente.
Archie se para
a su lado, esperando que el doctor les diga lo que tanto se temen.
_ Pueden estar
tranquilos muchachos, aparte de una fractura en el pie, y varios raspones
por el cuerpo, ella se encuentra fuera de peligro. Afortunadamente usted la
saco a tiempo señor._ le dice, mirando fijamente a Albert.
Los jóvenes se
miran aliviados… la paz parece volver poco a poco a sus corazones.
_ Gracias
doctor, gracias por salvarla_ le dice Archie, dejando escapar unas cuantas
lagrimas.
_ No me de las
gracias a mi, yo solo cumplo con mi deber, fue su amigo quien la salvo en
verdad. Bueno, me retiro, por el momento es mejor no molestarla, le hemos
dado unos calmantes que seguro la harán dormir toda la noche. Yo les
recomendaría que descansaran y volvieran mañana.
_ No me pienso
separar de ella, hasta que no hayan atrapado a Neil_ dice Archie con rabia.
_ Yo tampoco,
me quedare aquí hasta que haya alguna noticia_ responde Albert también.
_ Bien, como
ustedes quieran, nada más no la molesten. Hasta luego.
El doctor sale
de la sala dejándolos solos una vez mas. Los chicos están ya mas serenos.
_ ¿Es verdad
que Neil la tiro? Pregunta Archie rompiendo el silencio.
_ Pues al
parecer eso fue lo que paso, no se sabe bien con exactitud, porque yo solo
asumí que eso era lo que había pasado. Y Eliza dijo que ella trato de
detenerlo, pero que no pudo.
_ Yo no dudaría
que Eliza también tiene algo que ver con esto, ¿si no porque estaría allí?
_ Yo también lo
pienso así, ya que nadie sabe de su paradero hasta el momento. Pero hasta que
Candy no de sus declaraciones no sabremos bien lo que pasó.
En ese momento,
Anie irrumpe en la sala bastante emocionada por los hechos, se le nota que
ha estado llorando agotadamente.
_ ¿Como esta
Candy? Pregunta de inmediato
_ Esta bien,
tranquila, solo tiene una fractura y varios raspones pero se pondrá bien. Le
dice Archie, mientras acaricia suavemente su hombro.
_ Vine en
cuanto pude, ¡no lo podía creer! Pobre Candy. ¡Pero ya atraparon a Neil!
Dicen que tiene el rostro desfigurado._ les comenta horrorizada.
_ ¿Lo
atraparon? ¿Como lo sabes? Pregunta impacientemente Albert.
_ Si, escuche
que lo comentaban algunas personas al salir de mi casa, y mi padre dijo que
un oficial le notifico que ya tenían en custodia al sospechoso.
Albert parece
sentirse mas tranquilo ahora que sabe que Neil no podrá hacerle mas daño a
Candy.
_ Bueno, pues
ahora que tú estas aquí, yo iré a averiguar a la policía, cualquier cosa no
dejen de avisarme, por favor._ Les dice.
Albert se va
rápidamente a la estación de policía, quiere asegurarse que Neil este preso
de verdad. Le angustia que le pueda producir mas daño a Candy.
Dos días más
tarde, por órdenes de la tía abuela, Candy se estaba quedando en la mansión
Andley y ella se sentía tan agobiada que decidió no protestar y aprovechar
ese buen gesto. Aunque tenía que guardar reposo por su fractura, pero había
decidido que en cuanto pudiera volvería al hogar de Pony.
_ Al menos Neil
estará encerado un buen tiempo, y no me volverá a molestar, se decía.
Anie le sonríe
desde la ventana, había tomado la decisión de quedarse con ella para
cuidarla y mas ahora que Candy no contaba mas con la compañía de Albert.
_ Aun no puedo
creer que no hayan atrapado a Eliza. Le comenta a Candy mientras lee el
periódico.
_ Eliza tubo
que haber huido, imagino que el solo pensar que estaría encerrada y lejos de
sus lujos le dio pánico. Pero en verdad no me asusta, hasta la compadezco, a
mi tampoco me hubiera gustado que me enceraran.
_ Si, Candy lo
imagino, pero ella se lo merece. Tú quédate tranquila, y ya no hablemos mas
de eso, ¿quieres dar un paseo?
_ Si, me
gustaría tomar aire fresco.
Las dos chicas
caminan lentamente por los alrededores de la mansión Andley, de pronto
escuchan un ruido extraño.
_ Viene de la
habitación de Eliza_ comenta Anie
Las dos se
dirigen hacia la puerta de donde proviene el ruido. Lentamente, Anie abre la
puerta, y Candy se asoma lentamente.
_ ¡Eliza! Grita
asustada cuando la ve.
Eliza mientras
tanto, trataba de esconderse, pero al ver a Candy, su asombro era notable.
_ ¡NO!, ¡no
puede ser!, ¡tu estas muerta Candy! Estas muerta, ¡te ahogaste! ¡Yo te vi,
con mis propios ojos!
Eliza estalla
en gritos y llanto, en una mezcla de horror e histeria incontenibles. Su
ropa es la misma de hace dos días, y se ve sucia y andrajosa.
Anie entra de
inmediato, y se queda estupefacta de ver las condiciones de Eliza, que
evidentemente había estado escondida y recién ahora volvía a casa. Al ver a
Candy, Eliza sin duda pensó que se trataba de una aparición. El horror en su
mirada lo decía todo. Y en ese momento cae sin conocimiento al suelo que
retumba al recibir su agobiante peso.
Un tiempo
después…
Candy ha vuelto
al hogar de Pony. Ahora puede tranquilamente caminar por la colina. Su pie a
dejado de dolerle, y se siente muy feliz de poder recibir a todos sus amigos
en el para celebrar ese día. La pesadilla a terminado y al fin puede
disfrutar de los niños, de Miena y Klin. Pero sobre todo de sus queridas
madres, la hermana Maria y la señorita Pony.
Anie Y Archie
ya habían llegado al hogar de Pony y juntos esperaban a que Candy regresara
de su paseo por la colina.
_ Me alegra que
la pesadilla haya terminado para Candy _ comenta Anie
_Si, es
horrible todo lo que paso, por suerte, Albert recupero su memoria a tiempo,
fue una gran sorpresa enterarnos que el es el tío Abuelo William.
_ Si, pero de
no ser así, talvez Candy hubiera estado encerrada un tiempo.
_ Tienes razón…
Me enterré que la que si esta encerrada es Eliza. Su madre la ingreso en el
hospital para enfermos mentales, al parecer enloqueció al ver a Candy aun
viva. Su mente no pudo soportar que su hermano fuera a la cárcel por su
causa, y que Candy saliera ilesa de todo.
_ Lo se, me
entere, pero no dejo de pensar que Eliza finge demencia para que no la metan
en la cárcel, después de todo ella es cómplice de Neil.
_ Cierto, pero
bueno, allí donde esta no se la pasa tan bien. Supe por la tía abuela que
los médicos para controlarla tienen que propinarle varios electro shocks al
día, y que la tienen que poner en camisa de fuerza porque se porta muy
violenta con el personal.
_ Tienes razón,
seguro allí la pasa mucho peor de lo que le iría en la cárcel. Pobre de
ella.
_ Si, bueno,
pero solo recibe lo que sembró. Mejor salgamos afuera, Candy debe estar por
regresar.
Las dulces
Candy de Anthony están relucientes y más lindas que nunca. Albert la espera
en la colina y aparece tocando una gaita. Candy lo ve y una sonrisa aparece
en su rostro de inmediato.
_ Entonces tu
eres mi príncipe de la Colina después de todo_ comenta Candy alegremente y
sin dejar de observar minuciosamente a Albert.
Albert deja de
tocar por un momento y la mira dulcemente.
_ Si Candy,
como vez este lugar también a mi me trae recuerdos de mi niñez.
Albert le da la
mano a Candy y juntos regresan al hogar de Pony en donde ya todos los
estaban esperando…
Candy vive
feliz con su decisión de regresar a su querido hogar, aunque a veces… no
puede evitar recordar esos momentos horribles de su vida. El viento sopla
frió y una suave melodía parecía llegarle a los oídos desde la distancia,
como una pesadilla inquietante.
Mientras tanto
en una celda vacía y sombría, un hombre ocultaba su rostro… la luz apenas
iluminaba la horrenda habitación.
Sus ojos
parecían divagar en algún lugar lejano de su pasado. Sus labios se movían
pero no se oía palabra alguna. Aunque claramente entonaban las letras de una
canción…
Fin
RED ROSE RAG
Música: Percy
Wenrich
Letra: Edward
Madden
Cantada por
Billy Murray
Año: 1911
Down in the garden where the
red roses grow,
Oh my, I long to go.
Pluck me like a flower.
Cuddle me an hour.
Lovie, let me learn that Red
Rose Rag.
Red leaves are fallin' in a
rosy romance.
Bees hum. Come! Now's your
chance;
Don't go huntin' possums;
Mingle with the blossoms
In that flowery, bowery dance.
Oh, honey moon, shine on in
June,
And hear me croon dis lovin'
tune.
Trees and breezes cryin' and
sighin' it;
Lovie let me learn that Red
Rose Rag!
Sweet honey bee, be sweet to
me.
My heart is free,
But here's the key:
Lock up the garden gate,
Honey you know I'll wait,
Under the rambler rose tree.
Pick a pinky petal for your
papa's pride.
Beg a burnin' blossom for your
budding bride.
Woo me with
That wonderful wiggle wag.
Tip to toes to tease me, and to
tickle, too.
Do dat dainty dance like dandy
doodle do.
Ring your rosie 'round
that Red Rose Rag
Si es una versión un poco diferente a la que tenia en la pagina, pero esta me gusta mas! da mas miedo haha
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