Entradas populares

Por debajo de la mesa

Songfic
Por Valky Ady

                 Décadas han pasado para volver a encontrarnos.  Vivimos varias reencarnaciones sin poder vernos.
 
Y en este tiempo, en este espacio, en aquella noche de primavera volví a encontrarte, volví a perderme en el maravilloso bosque de tu mirada.




Era una fiesta de tantas, a la cual tuve que asistir.  Estuve a punto de marcharme y tu silueta cruzo por el enorme salón y me dije: “eres tú, por fin te vuelvo a ver”.
 
Me acerque a ti, ofreciéndote una copa de vino blanco, con tu inolvidable sonrisa la aceptaste.  Brindamos por el placer de volver a vernos.  Tu rostro denotó sorpresa e inocentemente me preguntaste: “¿Nos hemos visto antes?” y te contesté: “Hace años nos conocimos, tuvimos que separarnos y hoy que te vuelvo a ver, juro que no he de separarme de ti ni un segundo”.
 
Una melodía inundó el lugar y guiado por ella te tome suavemente entre mis brazos, tu sensual cuerpo no opuso resistencia, tus labios a centímetros de mí.
 

 
Tu bello cuerpo temblaba, tu mirada destellaba un brillo especial.  Conforme la melodía avanzaba, te fuiste acurrucando en mi pecho, tú lo sabías, esta era la cita que concertamos hace tiempo.
 
Y como en aquel pasado, las palabras salieron sobrando.  Fijaste tu mirada en la mía, nuestras pupilas hablaban por nosotros.
                  

 
La música se ha detenido y ofreciéndote de nuevo una copa, te conduzco lejos de la multitud.  Mi corazón esta celoso, por que otras miradas han osado admirarte y yo solo te quiero para mi.
                  

 
La noche estrellada nos cobija, un hermoso jardín nos sirve de lienzo para volver a escribir nuestra historia de amor.  Tu atención me ha sido robada por una rosa blanca, la cual observas con fascinación, mientras yo no dejo de mirarte.
                  

 
Te has apiadado de mí y te has sentado al lado mío.  Con tu melodiosa voz me dices: “Te he esperado por siglos, este corazón en cada reencarnación, ha generado amor por ti y hoy por fin te lo puedo entregar.  Es tan inmenso que este pequeño corazón ya no puede albergar, necesitaba entregarlo al hombre que siempre amo, al hombre que una vez, en un pasado lejano, le consoló sus sufrimientos”.
 
De tus bellos ojos brotaron lágrimas y me sentí el peor de los hombres por haberte hecho llorar.  Te refugias en mis brazos y yo te aprisiono fuertemente, tu llanto cesa, nuestras miradas se vuelven a encontrar y me sonríes, convirtiéndome en el hombre más afortunado del mundo
 
 
Tomo entre mis manos tu rostro, te acerco poco a poco a mi, rozo tus labios y finalmente sellamos con un profundo beso esta historia de amor, que ha de perdurar por siglos

No hay comentarios.:

Publicar un comentario