Por Valky Laura G.
Saben les contare algo de cuando era pequeña…
Hace mucho tiempo, cierto día no podía dormir así que decidí dar
un paseo, se que soy pequeña pero conozco bien esta zona, no se en
realidad cuanto camine, pero fue harto. Cuando mis fuerzas ya no
daban y me sentía cansada y estando a punto de regresar a mi hogar
algo me detuvo, fue el más dulce de los aromas, no sabía de donde
venia, así que decidí saber de donde provenía, fue que de a pocos
que logre dar con el lugar, desde afuera se veía un jardín
majestuoso.
Yo quería verlo desde mas cerca así que busque la forma de entrar
y lo hice, al comienzo con cierto miedo de ser descubierta pero
para mi suerte no fue así ya que era muy tarde, me dispuse a
recorrer el jardín, observando cada detalle ya que la luna
iluminaba todo, el jardín era magnifico y las rosas inigualables
pero una resaltaba mas que todas, me fascino, me quería quedar mas
tiempo pero ya estaba por amanecer y me tuve que ir por suerte no
me descubrieron en casa.
Así que decidí ir cada noche al jardín y así lo hice por varios
días, pero eso hacía crecer en mi la intriga por saber quien
cuidaba de este jardín, pero si lo hacia me traería problemas ya
que este no era mi hogar.
En una de esas visitas mi intriga no pudo mas y decidí quedarme,
espere y espere hasta que salió el sol, el jardín se veía mas
hermoso que de noche todas las rosas floreciendo, de pronto veo
que se va acercando un joven de cabellos tan rubios que parecían
de oro, de ojos azules y mirada dulce, él no me ve porque estoy
escondida, le veo como cuida cariñosamente de las rosas, y se
acerca a la rosa mas bella y le dice unas palabras, no se que le
habrá dicho en eso me tropiezo y el voltea y me ve, me sonríe,
pero yo solo atino a correr, corrí y corrí, mi corazón ya no daba
mas, fue una emoción muy grande, pero quiero que se repita.
Y lo hice, por varios días, lo veía, él a mi y salía corriendo,
eso era suficiente para mi, pero un día lo espere y nada, no lo vi
y así varios días no se porque pero las rosas ya no son las
mismas, parecían tristes, no sabia el porque no aparecía el joven
así que me arme de valor y pregunte a un señor y él me contó con
lagrimas en los ojos lo que le paso al joven, no sabía que hacer
o decir solo salí corriendo como otras veces, llore y llore como
nunca lo hice en mi vida, en casa no sabían lo que me ocurría
porque una niña de mi edad lloraba así pero era porque estaba con
el corazón muy triste pero recordé su sonrisa y eso me reconforto
entonces decidí recordarlo para siempre como lo vi varias veces en
su jardín cultivando sus rosas y ofreciéndome una sonrisa, así te
recordare para siempre mi príncipe de las rosas.
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