Songfic
Por Valky Ady
-Este gran amor
que ha nacido en este corazón, el cual ha llorado lo suficiente
y que ha luchado fuertemente para llegar a tu lado y mañana por
fin serás mía. Nuestro amor ha prevalecido, se ha mantenido
firme a pesar de mil adversidades, ha traspasado las murallas
del tiempo y aquí estamos de nuevo, juntos… y seguramente por
muchos años –se decía el gran abogado, quien contemplaba una
luna llena en la ciudad de Nueva York.
Era otoño, este
otoño que tanto había anhelado un ángel triste. Ese ángel
esperaba con ansia que llegará esa estación del año, para
escribir su bella historia de amor.
Mientras en otra
habitación de ese majestuoso hotel, se encontraba una bella
joven, una linda doctora que empezaba a ejercer su profesión,
pero al siguiente día habría de unirse al amor de su vida.
-Esta deliciosa
pasión que siente mi alma por ti y mañana, mañana seré de ti,
ante el altar repetiré una vez más lo mucho que te amo. Lo
mucho que espere para encontrarte en la gran penumbra de mi
soledad. Ahora el dulce brillo de tu mirada ha vuelto a
iluminar mi camino, este camino que andaré de tu mano, amándonos
cono no pudimos en una época atrás… ahora serás mío, solo mío –el
pensamiento de la joven terminó con un fuerte suspiro y esa
mirada feliz se embelesaba en aquella luna llena.
Al siguiente día,
una iglesia finamente ataviada de rosas, espera por los
enamorados, aquellos enamorados que al fin se han unido en
matrimonio.
Una melodía de
piano recibe a los recién esposos en ese majestuoso hotel.
Aquella melodía atrae a los enamorados al centro de la pista y
comienzan a bailar, dejándose llevar por la cadenciosa melodía.
Esa exquisita
mirada celeste, se ha perdido en el bosque hermoso de su bella
esposa.
-Si no estoy
contigo no soy feliz y ahora teniéndote en mis brazos, puedo
asegurar que siempre seremos un solo ser, te amaré siempre,
siempre. Todo este amor que he contenido durante épocas, por
fin te lo he podido brindar, mi dulce Candy.
-Si… por fin
estamos juntos… juntos para siempre… nada ni nadie nos separará
mi amor… Anthony mío.
Horas después, en
la terraza de la alcoba nupcial, ellos se encuentran cobijados
por un cielo hermosamente bañado por el brillo de la luna llena,
que se empeña en ser el testigo único de ese amor. Ella ilumina
a los enamorados que siguen bailando, bebiendo champagne y
gozando de su amor.
Anthony la
estrecha fuertemente. Candy es feliz en los brazos de su gran
amor.
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