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Cita Ideal



 

Cita con el Destino.


¿Quien diría que después de tanto decir que nunca saldría en una cita a ciegas, al fin decidiría aceptar salir en una?. Para complacer a todas mis amigas que insistían en buscarme un novio. 
Sabia ya muy bien como seria todo.
Estaba hasta cansada de oír todas las historias de un sin fin de citas por las cuales la mayoría de mis querídisimas había pasado. Y ninguna había sido digna de llamarse la cita perfecta. Es mas casi todas eran un tremendo desastre.
¿Qué posibilidades había de que mi cita fuera la ideal entonces? Ninguna ¿verdad? Ninguna estadística prometía que esa cita fuera a ser con ese ser que tanto yo soñaba.
Pero en fin, la decisión ya estaba tomada, iría a una cita a ciegas; primero que nada porque francamente, ya mis amigas me tenían cansada, y segundo, porque la verdad me encontraba con muchas ganas de vivir una aventura, y también ¿porque no? Soñar que esa cita podría llegar a ser perfecta...
 Por alguna razón, me sentía muy nerviosa esa noche, me esmeré en mi arreglo, a pesar que no quería dar la impresión de importarme mucho. Pero al ver los resultados en el espejo, quede muy complacida, en verdad mi facial matutino había dado sus frutos, y mi rostro parecía brillar esa noche.
No quería ser muy puntual, a pesar que siempre acostumbro llegar 10 minutos antes a todos lados. Nos íbamos a encontrar en una zona muy turística de la ciudad de Boston, Faneul Hall, tomaríamos un café en Quincy Market o algo así, me dije, y después si se daban bien las cosas podríamos por allí mismo cenar y tal vez tomar algo.
-su nombre es Anthony Brown, me dijo Elsy, es alto, de cabello rubio y ojos azules, te encantará... los chicos de la U dicen que es sencillo y hasta de familia noble.. Pero no se... tendrás que verlo y me cuentas-
Bueno, aunque yo la verdad  prefiero a los latinos, no me quedo de otra que ir al encuentro del noble con los ojos azules.
Llegue un poco tarde, hacía algo de frío para ser una tarde en junio. Lo vi de lejos, pero supe que era él al instante. La verdad me sentí un poco tímida al verle. En verdad era alto y muy guapo, cuando me vio, sonrió levemente, y me ofreció su mano. Nuestras miradas se cruzaron de inmediato y sentí como si un relámpago hubiera recorrido todo mi cuerpo. Al sentir su cercanía, de pronto se me olvidaron todas las excusas que tenia preparadas por si acaso no me gustaba, o no me agradaba el chico. Pero el solo verlo me hizo experimentar una química tremenda como si ese momento estaba predestinado para mi.
Me preguntaba si él también sentía lo mismo. El dirigió el camino sin preguntarme nada en realidad.
Llegamos al lugar, que por cierto no era el que yo tenia en mente, pero que mas daba...
De más esta decir que el se portó como todo un gran caballero, tuvo todos los detalles de un personaje sacado del siglo pasado. Me ayudó a quitarme el abrigo,  me retiró la silla para que me sentara. En verdad me sentía algo rara. Pero en eso me percaté que él se notaba nervioso.
Me sentí muy emocionada, de saber que yo podría causarle su nerviosismo.
Charlamos cosas cotidianas, acerca del clima, el lugar, la gente, la comida, en fin, se me hizo una noche tan agradable, sentía como si lo conociera de hacia mucho tiempo. Y raras veces uno siente eso. Y menos en una cita a ciegas.
¡No quería que la noche se acabara nunca! Tal vez él notó mi emoción, y me sugirió que pidiéramos un vino. Cosa que se me hizo perfecta para la ocasión. Lo malo era que el vino normalmente suelta mi lengua, y me siento más libre para decir lo que siento. Pero en ese momento no me importaba nada más, y si pedir vino me compraba mas tiempo para estar con él, pues, bienvenido era todo el vino del mundo.
- ¿Estas cómoda?- Me pregunto.... pero como me pregunta eso!! -No- pensé en decirle... -estoy nerviosa, estoy maravillada, estoy loca por besarte- tantas cosas.
Pero solo me sonreí y le dije: -sí, estoy bien, gracias-
-¡Tengo una idea! - dijo-, ¿te parece bien si vamos a otro lado?
¿Ir a otro lado? Pensé... ¿a dónde?
-A caminar al parque- me dijo, y en ese momento sin esperar mi respuesta, el llamó al mesero, y le pidió las botellas de vino para llevar.
- y dos copas por favor- le oí decir muy sorprendida.
Pagó, me tomó de la mano, y salimos... yo me dejaba llevar, en realidad hubiera ido hasta el fin del mundo así con él.. Tomada de su mano..
Estaba tan distraída que jamás me percaté que alguien más nos venia siguiendo. Cuando llegamos a la calle, un carro ya nos estaba esperando, y el chico del valet le dio las llaves. Mientras el mesero, ¡que era quien nos seguía le daba las botellas, y las copas con todo y enfriador!
Anthony me abrió la puerta del carro, y nos fuimos... yo estaba enmudecida, jamás había recibido tanta atención, al menos no de esa forma.
Enseguida me di cuenta que nos dirigíamos al Río Charles. No quedaba muy lejos del lugar de todas formas y llegamos rápidamente. El Charles, se llena de gente en el verano, y se destaca por su concha acústica donde algunas noches, toca la sinfónica de gratis, y ese día, era uno de esos días. Había mucha gente, pero el espacio es lo suficientemente grande como para perderse y tener algo de soledad.
Nos estacionamos, un poco mas apartados de la gente, y si hubiera sido otro muchacho seguramente me hubiera sentido incomoda, pero en ese momento, hasta me pareció buena idea.
Nos quedamos sin hablar por un rato, yo empecé a sentir temor de que el notara mi nerviosismo, pero en eso, él se levantó a buscar el vino... lucía tan espectacular, sus movimientos, sus gestos, todo de él me tenía en un trance indescriptible. Me abrió la puerta, y salí con él... me dio una copa con el vino, que me supo a gloria, en esos momentos.... caminábamos alrededor del Río por un momento, y en silencio. De más esta decir que parecía que de verdad todo estaba a mi favor ese día, porque había una luna maravillosa en el cielo. El silencio empezó a ponerme más incomoda, entonces, él llenó de nuevo mi copa. Y me dijo:
 -Salud, por esta noche, por ti y por mi, y porque no sea la ultima vez que te tenga conmigo- Yo no le dije nada, solo tomé y tomé, el vino empezó a hacer su efecto, y me sentía mas liviana, no sabia bien que mas hacer, pero estaba feliz.
-Lily- me dijo, y nos detuvimos en una parte mas alumbrada del recorrido.
-¿Crees en el destino?-
- Que si creo en el destino, le conteste... pienso que uno mismo se hace su destino- le dije. Entonces él tomó mis manos y me dijo, mirándome a los ojos,
-¿entonces crees que el destino no tuvo que ver en nada en que esta noche estuviéramos juntos? ¿En que nos encontramos, después de tanto haber buscado en otros lados, lo que ahora sentimos?
En ese momento sentí como si todo alrededor mío se estremeciera. Como sabía él como yo me sentía.... ¿podría leer mis pensamientos acaso?
-No te dije nada antes porque estaba buscando este instante para decírtelo- me dijo, mientras seguimos caminando -cuando te vi caminando hacia mi, sentí como si un relámpago hubiera recorrido todo mi cuerpo, y se que tu lo sentiste también. Te vi y fue como reconocerte, como si ya antes hubiéramos estado juntos. Espero no asustarte, pero siento el destino nos unió esta noche... Te he estado buscando por tanto tiempo y al fin te encontré. No quisiera, dejar pasar esta oportunidad de decírtelo, porque pudiera ser que no se presentara nunca mas... entiendes?- Me dijo, y yo... solo lo miraba, y tenia tanto en mi cabeza, pero no sabia como expresarlo.
Por alguna razón, empecé a sentir un nudo enorme en la garganta, y sin querer, lágrimas empezaron a empapar mi cara. Entonces me armé de valor, y oí como se escapaban las palabras de mi boca.
-Anthony, lo mismo que ahora me dices tú, es lo mismo que sentí yo cuando te vi, al principio no sabia bien porque, pensé que era la emoción que te da en conocer a alguien nuevo, pero.. Verte a ti, era como si te conociera de hace tiempo. La verdad yo siempre creí que tenia un alma gemela que me buscaba...que me esperaba, pero no dejaba de pensar que esas cosas, eran tan solo sueños de niña, que de ninguna forma yo iba a encontrar a mi otra mitad. Pero ahora que te veo, que me siento como me estoy sintiendo, pienso que es verdad, que eres tu. Que eres mi otra parte que perdí hace mucho tiempo, que al encontrarte me he vuelto a encontrar a mi misma, porque estaba perdida, y porque junto a ti, en estos pocos momentos, me he sentido tan feliz
Él parecía complacido con mis palabras... acarició mi rostro con sus manos, suaves y fuertes al mismo tiempo. Y ya no hubo necesidad de palabras, nos perdimos juntos en nuestras miradas. Sentí como el calor de su cuerpo me envolvía en esa noche tan fría, reconocí su olor, su sentir, todo él, era tan mío y yo tan de él. Mi corazón palpitaba tan fuerte, sentía como si tanta emoción no fuera posible, y entonces él me miró, y su sonrisa era tan divina, lo sentí acercarse lentamente a mi cara, y sabia que pronto sentiría el sabor dulce de su boca. Lo vi cerrar sus ojos, y sentí sus manos fuertes en mi espalda. Cerré mis ojos también, y mis labios se degustaron en el festín de los suyos, nuestras bocas eran solo una en ese momento. Sentí como si el tiempo se detuviera a nuestro alrededor. Y estoy segura que juntos tocamos el mismo cielo en ese momento. Nuestro beso terminó, al buen rato, tal vez pasaron horas, pero solo recuerdo ahora que la música había cesado. Y la gente se retiraba a sus casas. Me entristecí un poco porque sabia que pronto nos tendríamos que ir. El otra vez dirigió el camino hasta el carro, mientras me llevaba de su mano.
Cuando llegamos al carro, me susurro al oído:
 - Aun nos queda una botella- yo sonreí, y con mucho dolor le tuve que decir.
- mejor la guardamos para otro momento, no crees?-
Él no dejo de sonreír, y estuvo de acuerdo, y muy a nuestro pesar, proseguimos el camino de regreso a mi apartamento.  Cuando llegamos, la despedida era inevitable, y volví a sentirme incomoda. Yo deseaba quedarme a su lado para siempre.
Pero la sensatez no le abandonó  en ese instante, porque me dijo.
-Lily, fue en verdad una noche maravillosa, y a pesar que mi corazón, no quiere dejarte ir, se que debemos hacer las cosas bien, Yo te amo, y volveremos a estar juntos un día, y ya no te dejare marcharte de mi lado- Acarició mi pelo, y volvimos a perdernos en un profundo beso.
Él salió para abrirme la puerta, y nos quedamos un buen rato despidiéndonos una y otra vez. Se fue, no sin antes hacernos miles de promesas. Y planes para vernos de nuevo.
Por fin le vi alejarse, y con tristeza, y alegría al mismo tiempo subí las escaleras a mi tercer piso, donde seguramente Elsy me esperaba para que le contara todos los detalles.
Me reía solo de imaginar su cara.
Cuando entré, no me equivocaba, ella estaba en pijamas esperando.
_¿Que paso, chica?, cuéntamelo todo, mira que tarde vienes, por lo visto te fue bien, vamos cuéntame- Yo solo me reí, y le dije
 _¿Que no son muchas preguntas? Amiga mía, esta cita a sido la mejor cita del mundo, te cuento mañana... ahora tengo que dormir... mas bien soñar.... - Y corrí a mi habitación.
_No Lily, porfa, no seas así...- Elsy insistió, pero yo estaba loca por perderme en mis pensamientos, por revivir todo de nuevo en mi memoria.
Cerré la puerta, y me vi al espejo.  Esta, si que ha sido Una cita Ideal, me dije.
Apague la luz y dormí... profundamente, y tuve muy dulces sueños.
 Fin
 
Lily Flor

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